La tos es uno de los muchos mecanismos de defensa de nuestro cuerpo. Cuando el simple mecanismo de las células que tapizan las vías respiratorias es incapaz de mantenerlas limpias, se produce un acceso de tos.
Es decir, en un esfuerzo respiratorio considerable, expulsamos bruscamente el aire de los pulmones después de cerrar casi herméticamente las cuerdas vocales, aumentando así la presión del interior de los pulmones y de toda la caja torácica. Cuando al toser se expulsa el aire, éste sale con una fuerza extraordinaria de unos 100 Km/h., y que es suficiente para eliminar cualquier cuerpo extraño que dificulte el paso del aire por las vías respiratorias.
En resumen, toser es un acto reflejo del organismo que limpia las vías respiratorias de cualquier cuerpo extraño mediante una maniobra brusca.