Si por algo destaca el Amazonas es por la cantidad de depredadores que habitan en el, pero uno que me ha sorprendido es el Candirú (Vandellia Cirrhosa), que a pesar de su inofensivo aspecto y reducido tamaño, es letal para algunas especies de peces y también se aventura a invadir cuerpos de animales más grandes, incluso ataca al ser humano.
El Candirú es un pez de agua dulce que habita las aguas del Amazonas y es considerado como un parásito, ya que se alimenta de la sangre de los cuerpos que invade. Su tamaño es bastante reducido y puede alcanzar hasta 15 centímetros, pero al tener un color transparente, es muy difícil percatarse de su presencia en el agua.
A la hora de invadir otros peces, el candirú suele atacar directamente a través de las branquias, donde despliega una especie de aguijones con los que desvía el recorrido de la sangre de las arterias del anfitrión, haciéndola pasar a través de su propio cuerpo. Con este mecanismo el pez consigue extraer lentamente el alimento de la sangre de sus víctimas llegando a producirles la muerte en muchos casos.
En el caso de los seres humanos y otros animales grandes, se introduce en el organismo a través de los orificios naturales como puede ser los genitales o el ano. Este pececillo es especialmente temido por los indígenas del Amazonas, quienes llegan a atarse con un cordel el pene para que este animal no pueda invadirlos mientras se bañan.
A pesar de que la invasión de uno de estos peces a un ser humano es muy poco probable se han dado algunos casos, donde el único modo de eliminar este parásito ha sido recurriendo a la cirugía.