Hoy dedicamos un artículo al que se conoce como el oficio más viejo del mundo, nos referimos a la prostitución. Vamos a hablar sobre cómo se organizaba el mundo de la prostitución en el Antiguo Imperio Romano. El oficio de meretriz tuvo una gran influencia durante esta época, ya que el sexo era algo alabado por la sociedad romana y totalmente legal.
Existían tanto prostitutas como prostitutos, que por lo general eran esclavos y esclavas comprados para tal fin, por lo que en la mayor parte de los casos no ejercían de forma libre. Las mujeres que elegían esta profesión libremente se las llamaba “probrosae” y a pesar de que no eran castigadas por la ley, sí renunciaban a ciertos derechos como el poder casarse libremente con quien escogieran.
En aquellos tiempos ya existía la figura del proxeneta, una persona que se llevaba un porcentaje de lo que ganaban las prostitutas a cambio de su protección. En la antigua Roma la figura del proxeneta se designaba con la palabra “leno”.
Dentro del mundo de la prostitución de la época, existían diferentes tipos de meretrices:
- Delicatae: se podría decir que eran prostitutas de lujo que elegían libremente a quien ofrecer sus servicios. Algunas de estas prostitutas eran miembros distinguidos de la sociedad, un claro ejemplo era la mujer del emperador Claudio conocida como Valeria Messalina.
- Copae: esta palabra deriva de “Caupona” que era como una taberna donde se servía comida y bebida y había mujeres que ofrecían sus servicios sexuales.
- Pala: eran prostitutas y prostitutos que no elegían libremente su profesión, normalmente eran esclavos o personas muy pobres que ofrecían sus servicios a cambio de cualquier cantidad de dinero.
- Forariae: representa a la figura de la prostituta que ejercía en las afueras de las ciudades.
- Bustuariae: representa a la figura de la prostituta que ejercía cerca de cementerios.
Como podemos ver era un mundo bastante complejo que dejó huella en la sociedad y costumbres de los romanos y que podemos ver reflejado en muchas obras de arte de la época.