Si pusiéramos en fila la amplia red de venas, arterias y capilares de nuestro cuerpo, el resultado sería un «cable» de nada menos que 96.000 kilómetros, lo que equivaldría a dar más de dos veces la vuelta al mundo.
Si pusiéramos en fila la amplia red de venas, arterias y capilares de nuestro cuerpo, el resultado sería un «cable» de nada menos que 96.000 kilómetros, lo que equivaldría a dar más de dos veces la vuelta al mundo.