El alarmante caso de la desertificación en España

¿Sabías que un 20% de nuestro país ya ha convertido en un desierto y que un 1% se está degradando a una velocidad muy elevada?

El problema de este proceso es que contribuye de una forma muy negativa al cambio climático y que, además, se traduce en pérdidas cuantiosas tanto en el ámbito económico, medioambiental y social. Llevamos muchos años escuchando lo que esto puede hacer en nuestro país, pero, hasta este momento, no teníamos las cifras de la catástrofe sobre la mesa.

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¿Qué es la desertificación?

Es un proceso mediante el cual el suelo se degrada haciendo que pierda su capacidad para poder producir (es decir, que deje de ser fértil). Esto se produce por algunos motivos como la erosión del suelo, destrucción de la cubierta vegetal y la escasez de agua.

El dato más escalofriante que nos encontramos es que cada año se destruyen más de 20.000 millones de toneladas de suelo fértil. Esto quiere decir que, tan sólo los últimos años, hemos perdido una gran cantidad de terreno que podríamos estar dándole un uso todavía mejor.

Aun sabiendo cuál es el problema, es importante saber que luchar contra ello es bastante complicado ya que los cambios que habría que hacer en las actuaciones de los países serían enormes.

El problema de la desertificación en España

En España nos encontramos con una de las cifras más altas en el ámbito de la desertificación. Ahora existen algunas herramientas que nos ayudarán a saber en qué estado exacto se encuentra: por ejemplo, tenemos un mapa que ha sido confeccionado por investigadores del CSIC que nos ayuda a saber la degradación de las diferentes zonas y las consecuencias que esto va a acarrear a corto plazo.

Además, también han desarrollado diferentes fórmulas de simulación con el objetivo de estimar lo que va a ocurrir si seguimos con esta tendencia.

Una de las fórmulas para poder luchar contra ello es la concienciación de los ciudadanos: en el momento en el que el ciudadano sepa el gran impacto que esto va a producir al sector de la ganadería y de la agricultura, entre otros, se lo pensaría dos veces antes de seguir diferentes estrategias para su actuación.

Sin embargo, en el momento en el que ya tengamos el problema delante mucho nos tememos que va a ser demasiado tarde para poder remediarlo.

Un problema que, si no hacemos nada, terminará por acabar con nuestro país.

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