Una de las grandes leyendas urbanas del sueño, es que si una persona duerme mucho termina engordando más, pero no nos dejemos engañar, lo que engorda son los malos hábitos alimenticios y el no practicar deporte. A pesar de todo esto, voy a tratar de dar una explicación de por qué no engordamos mientras dormimos.
Lo primero de todo es conocer el llamado metabolismo basal, que es la energía mínima que necesita nuestro organismo para realizar las funciones básicas como respirar, movimientos involuntarios de los músculos (latidos del corazón), etc. Este metabolismo basal, por si sólo ya consume una cantidad de calorías, lo que nos ayuda a no engordar mientras dormimos.
Otro factor importante es la hormona ghrelina, la cual provoca un aumento del apetito en momentos en los que no hemos dormido lo suficiente. Este aumento de apetito no sólo nos hará comer más, sino que además el organismo compensa la falta de sueño almacenando más grasas. De lo anterior se deduce que debemos dormir y descansar de forma adecuada para evitar segregar grandes cantidades de ghrelina.
Otra hormona involucrada en nuestro proceso de sueño y que nos ayuda a adelgazar, es la hormona del crecimiento. Esta hormona la segregamos durante las horas de sueño (en mayor medida en bebés, jóvenes y deportistas) y aumenta el metabolismo de forma que nos ayuda a quemar grasas. Una vez más se pone de manifiesto que si dormimos bien y además hacemos deporte, podemos perder peso con los ojos cerrados.
Por todo lo anterior podemos concluir diciendo que dormir no engorda más, es más, debemos descansar el número de horas adecuado, que los expertos establecen entre 6 y 8 horas.