Seguro que muchos de los que habéis llegado hasta aquí sufrís este antiestético y mal hábito de morderos las uñas. Comienza con un ligero mordisqueo inconsciente y luego con intención de igualar el corte, terminamos por crear una escabechina irreparable. A este tic nervioso los médicos lo denominan onicofagia y puede ser el causante de infecciones e incluso problemas estéticos.
Algunas personas van más allá y cuando han terminado de mordisquear la uña, continúan con la piel que la rodea. Pero… ¿por qué motivo nos mordemos las uñas? La explicación más extendida es muy sencilla, es un problema de nervios y se da en personas propensas al nerviosismo y a la ansiedad. Morder las uñas es una acción liberadora, que nos ayuda a desprendernos de la tensión del momento y es muy similar a otras acciones como enroscarse el pelo o mover los pies.
Es un problema muy habitual en adolescentes, aunque los estudios determinan que más del 50% de la población que sufre de onicofagia, terminarán por abandonar el hábito en algún momento de su vida.
En la actualidad no existe un remedio eficaz, lo más habitual es disponer un barniz sobre las uñas que les da un mal sabor y así evitar su mordisqueo. Algunos doctores recomiendan mantener las uñas cortas, de forma que el paciente no pueda hincarles el diente, pero esto no siempre es efectivo, ya que puede derivar en que el paciente termine mordiendo la piel que rodea las uñas.
Para terminar puedo compartir mi experiencia personal, en la que sufrí de este mal hasta los 23 años y puedo decir que desapareció sin más. Algo que quizás me ayudó, aunque pueda sonar a chiste, fue comprar un cortaúñas y tenerlo siempre a mano.